La apnea del sueño es muy común en la población mundial, sin embargo, más del 80% de quienes lo padecen, no están diagnosticados.
¿Qué es la APNEA de sueño y cómo se cura?
Apnea del sueño y como deja de roncar - Caso clínico de Carlos
¿Qué es apnea?

Apnea es una enfermedad que afecta el aparato respiratorio; puede dividirse en tres tipos: obstructiva, central y mixta. La palabra es de origen griego y significa: ausencia de respiración.
Este trastorno del sueño, es común en los hombres. Aunque no quiere decir que las mujeres estén libres de sufrirla. Es una patología que se produce cuando la faringe sufre un colapso periódico y se ve interrumpida la respiración al momento de conciliar el sueño. Quienes la padecen, roncan habitualmente, sufren de constantes paradas de respiración de hasta diez segundos y además, tienden a sentirse con somnolencia en el día.
¿Por qué se produce?
La patología se evidencia en pacientes que sufren de un cierre en la vía aérea superior del conducto respiratorio. Esto, provoca que el cerebro se active continuamente para no terminar asfixiado y provoca cansancio y agotamiento en la persona; incluso hasta dolor de cabeza. La aparición de este trastorno está predispuesto si la persona sufre de ciertas variables como:

Amígdalas grandes

Sobrepeso

Características faciales como la mandíbula mucho más pequeña del tamaño normal

Tabique nasal desviado o estrechez en las vías respiratorias
Es necesario recalcar que si el colapso que sufre la faringe, que es el conducto de paredes que comunica la boca con el esófago en el ser humano, excede una cantidad por hora, esto causa el síndrome conocido como apnea obstructiva del sueño.
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¿Cómo se diagnostica?
La única manera de diagnosticar apnea del sueño es con un estudio del sueño. Es una prueba que registra diferentes señales a lo largo del sueño del paciente. Para ello, se utilizan una serie de sensores que se colocan en diferentes partes del cuerpo: nariz, boca, tórax, abdomen, entre otros.
En este procedimiento se pueden registrar las variables de la respiración, oxigenación y frecuencia cardíaca, electrocardiograma, movimientos de piernas, electroencefalograma, movimientos de los ojos, ronquidos, la posición del cuerpo, entre otras.
Hay dos maneras de realizar este estudio del sueño:
Polisomnografía hospitalaria:
Según los conocedores del tema, esta opción tiene más ventajas, sin embargo, requiere pasar una noche en el hospital. Allí, el paciente está atendido por un experto, quien es el encargado de ubicar los sensores en las diferentes partes del cuerpo y monitorear el sueño del paciente.
Poligrafía respiratoria
Es la más usada, pero el paciente debe tener en cuenta que se usan menos sensores que en la polisomnografía hospitalaria. La ventaja de esta prueba es que se realiza desde casa, por lo que el paciente pudiese estar más cómodo a la hora de dormir y eso resultaría mejor para el análisis.
En la poligrafía respiratoria no se utiliza un sensor que registre la actividad del cerebro, por lo que no hay certeza que el paciente haya dormido como es debido. Entre sus desventajas se encuentra que la prueba puede resultar negativa aunque la sospecha sea alta, por no tener el tiempo de sueño suficiente.
Escala de Somnolencia Epworth
La escala o el cuestionario de Epworth (ESS), puede ayudar a diagnosticar trastornos de sueño, como la apnea. Este instrumento fue introducido por el doctor Murray Jhons en Australia y desde entonces es usado como método para conocer la somnolencia diurna de un paciente.
El procedimiento no es más que una guía de varias preguntas que ayuda al especialista a aproximarse al diagnóstico de distintos trastornos de respiración que dificulten el concilio del sueño.
¿En qué consiste?
En esta escala el paciente debe estimar la probabilidad de quedarse dormido en ocho situaciones diferentes. El resultado se obtiene en función del resultado total, que puede variar entre 0 y 24; allí se determinará el grado de somnolencia y su posible diagnóstico que puede culminar en: ronquidos, insomnio, apnea, entre otros.
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Apnea obstructiva del sueño
Es el síndrome que puede constituir un problema importante de salud si no se trata a tiempo. No solo se manifiesta por las noches, pues uno de sus síntomas más evidentes se da durante el día, este es la hipersomnia: cuando una persona siente mucho sueño durante el día, o incluso desea dormir más tiempo de lo normal durante la noche.
A su vez, la falta de rendimiento, pérdida de memoria, irritabilidad, cefaleas e impotencia, pueden manifestarse también como síntomas alarmantes de apnea obstructiva del sueño.
Existen también varias enfermedades asociadas a este síndrome. Las más comunes son: enfermedades endocrinas tales como el hipotiroidismo y la acromegalia, la amiloidosis, o de otro índole como la insuficiencia renal. El síndrome de Down también se relaciona con este trastorno.
Hipoxia intermitente
Es un tipo de falta de oxígeno que se origina por la apnea obstructiva del sueño. En pocas palabras es una de sus mayores características. Es mayormente frecuente en personas de edad avanzada y su diagnóstico se complica porque su cuadro clínico es menos evidente. Consiste en la caída de la presión arterial de oxígeno en la sangre y la disminución de la saturación de la hemoglobina.
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Entra tanto, la Sociedad Española de Sueño (SES), reveló que tener niveles de saturación de oxígenos bajos por las noches, aumenta en un 50% el riesgo de sufrir eventos cerebrovasculares o cardiovasculares. Cabe destacar que el nivel de oxígeno en una persona sana, se sitúa entre el 95 y 99%, por lo que un índice de saturación baja o anormal sería de 90%.


¿Cuál es la diferencia entre los tres tipos de apnea?
La apnea central es menos común que la apnea obstructiva del sueño. Su característica principal es que en esta patología la respiración vuelve a comenzar de forma repetida durante el sueño. En ella, el cerebro no envía las señales necesarias a los músculos para controlar la respiración. Esta puede ser causada por otras afecciones como la insuficiencia del corazón o los accidentes cardiovasculares (ACV).
Entre sus síntomas se encuentran: respiración irregular durante el sueño, la falta de aliento al despertar, insomnio, hipersomnia, dolor en el pecho, ronquidos y cambios de humor. Pese a que tiene síntomas similares a la apnea obstructiva, los ronquidos en la apnea central no son tan notorios.
La apnea mixta, por su parte, es menos común que la anterior. Si bien, combina características de la apnea obstructiva y la central, en esta las posibilidades que las paradas respiratorias son más frecuentes y prolongadas.
Riesgos
El aumento del riesgo de enfermedades coronarias e ictus cerebral, son los principales riesgos que los especialistas recalcan a quien padece apnea y no la controla. La posibilidad de infarto aumenta también, debido a la falta de oxigenación en el cerebro que puede conllevar a afectar los órganos vitales.
Otros de los riesgos visiblemente expuestos en los diferentes estudios, son los accidentes de tráfico. Esto producto del cansancio que puede presentar un paciente en actividades cotidianas del día que requieren atención, como manejar.

Al respecto, uno de los tratamientos más generalizados para alguien que sufre de este trastorno, es la terapia CPAP, un tratamiento estándar contra la apnea del sueño.

¿Qué es CPAP?
Es una terapia que según los especialistas, devuelve el sueño al paciente mejorando sus síntomas y así, mejorando también su calidad de vida.
CPAP, como sus siglas inglés, significa presión positiva continua en la vía área, es un dispositivo que proporciona aire a través de una mascarilla y es el tratamiento de primera línea usado para esta patología. Pese a que la apnea está denominada como una enfermedad crónica, la CPAP trata los síntomas de tal manera que el paciente consigue un adecuado descanso.
El equipo usado para este tratamiento, está compuesto por: un generador de presión, una mascarilla nasal y un circuito que une los dos componentes mencionados. Una de las válvulas del dispositivo elimina el CO2 retenido en el circuito, mientras que la otra, que es el generador, aplica presiones de dos a 20 centímetros H2O.
Un especialista en esta terapia, es el encargado de determinar el nivel de presión óptima para el paciente, así como los niveles de saturación arterial de oxígeno.

¿Cómo actúa?
Su uso es de manera fisiológica; se ajusta de forma hermética en la nariz del paciente, tal y como una férula neumática. Su fin es evitar el colapso de la vía aérea superior. La CPAP, según especialistas, está indicada para pacientes con un índice de apnea mayor a los 30 episodios por hora. También, a los que presenten apnea de hasta 5 episodios por hora pero vengan acompañados por síntomas adicionales como, la somnolencia diurna.
¿Cuáles son sus efectos?
El uso del CPAP beneficia en gran efectividad a los pacientes que lo requieran, aunque no es un tratamiento curativo. El uso de este tratamiento mejora considerablemente los siguientes aspectos:

Disminución de despertares bruscos en medio de la noche

Mejora la calidad del sueño

Mejora la actividad cognitiva diurna de los pacientes
Si bien es un dispositivo que usado de manera adecuado, provee soluciones estables en pacientes con apnea, también puede tener problemas secundarios leves. Los más comunes son: irritación de la piel por el uso frecuente de la mascarilla; la irritación de ojos por posibles fugas de aire, o el abdomen inflamado por tragar aire, el cual afecta el aparato digestivo. La sequedad en la garganta o la congestión nasal, también son síntomas probables por el uso de la CPAP.
Dispositivos opcionales
Para evitar algunos de estos síntomas, existen accesorios del dispositivo que ayudan a disminuir la probabilidad de padecerlos. Los humificadores, son considerados útiles por razones de comodidad; estos ayudan a que el aire de presión positiva no entre en la garganta y la irriten o resequen. Su trabajo es humedecer el aire antes de ingresar en la faringe.

Por su parte, los filtros para la máquina son realmente útiles para personas que sufren además de alergias o algún tipo de sensibilidad al polvo que puede encontrarse en el aire suministrado. Otra opción, es un difusor cuyo trabajo es, si el paciente lo quiere, añadir un aceite de aromaterapia con el fin de ayudar al cuerpo a relajarse y lograr la conciliación de un sueño más profundo.
Qué debo evitar si sufro de Apnea del sueño
Aunque no existe un “remedio milagroso” para evitar sufrir de este trastorno, existen varios consejos que pueden servir a quien la padezca. Para los médicos que tratan esta patología, el cuidado personal juega un papel importante.

Hacer ejercicio: especialistas recomiendan el entrenamiento de fuerza y el ejercicio aeróbico. La recomendación es realizarlo varios días a la semana.

Evitar el alcohol y medicamentos ansiolíticos o somníferos, ya que empeoran la somnolencia y la apnea obstructiva del sueño.

Dormir de lado o boca abajo es un beneficio debido a que evita la obstrucción de las vías respiratorias.

Bajar de peso: perder peso ayuda a mejorar la calidad de vida. La gran mayoría de las personas con apnea sufren de obesidad.

Mantener las fosas nasales abiertas, si es posible con el uso de solución salina.
Como último recurso, para pacientes crónicos se recomienda alguna cirugía u otro procedimiento. Entre las más conocidas está la extirpación de tejido. Llamado uvulopalatofaringoplastia, es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae tejido de la parte posterior de la boca y la parte superior de la garganta. Puede ser realizada con láser o con radiofrecuencia.

Apnea del sueño en los niños
Si bien para un adulto es difícil saber que padece de este síndrome, para un niño lo es aún más. Sin embargo, ellos presentan ciertos síntomas frecuentes que pueden ser un alerta para sus padres. Entre los más característicos están la pérdida de peso excesivo o dificultad para aumentar de peso, esta se da más que nada en los bebés. La aparición de las costillas producto de apretar el cuello para poder respirar o hasta la incontinencia urinaria durante el sueño.
Un estudio realizado a nivel mundial develó que cerca del 30% de los niños menores de cinco años, sufren de apnea del sueño. Este padecimiento a nivel infantil, si no se trata a tiempo puede derivar en diversas enfermedades como: arritmias, padecimiento de ansiedad, pérdida de atención o memoria.
Uno de riesgos más contundentes de este padecimiento en un niño, es el desgaste excesivo de los dientes sin causa aparente. Asimismo, también pueden padecer otros problemas bucodentales provocadas por la enfermedad.

La apnea y los trastornos de aprendizaje
Esta patología está extremamente ligada al rendimiento de los niños y su comportamiento. Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Neumología, el 75% de los niños que padecen de apnea sufren de un déficit de atención. Además se dio a conocer que el síndrome puede provocar deterioro cognitivo.
En los casos más graves, se pone en riesgo la adaptación del niño en el entorno, e incluso, se dificulta la capacidad de generar una independencia.
Referencias:
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- Epidemiología de los Trastornos del Sueño Dr. Enzo Rivera Torres. Pontificia Universidad Católica de Chile. Escuela de Medicina. Facultad de Medicina.